jueves, 9 de agosto de 2007

Historia Del Rock en Venezuela

Los Comienzos
En la década de los años 50s los jóvenes latinoamericanos se vieron encantados por el ritmo y los acordes de un género musical que revolucionaba las costumbres de países como Estados Unidos e Inglaterra: el rock and roll. En la ciudad de Los Angeles triunfa el chicano Richard Stephen Valenzuela, conocido como Richie Valens, quien logra introducir el folklore mexicano en el público de Norteamérica con su versión de "La Bamba" e inicia la historia del Rock en Español. Numerosas bandas en Latinoamérica ponen letras en español a los grandes éxitos de artistas como Elvis y Little Richard y se abren camino en las carteleras discográficas de sus países.
En Venezuela son Los Impala los precursores, cinco jóvenes de Maracaibo que en los inicios de los 60s enfrentan el reto de interpretar las composiciones de las afamadas agrupaciones mundiales. La cultura pop gana terreno a lo largo del mundo y el Rock empieza a nutrirse de distintos elementos que darán como resultado el nacimiento de numerosos géneros. Siguiendo los pasos de Los Impala, surgen en el país bandas como Los Supersónicos, Los Dangers, Los Dinámicos, Los Claners, Los 007, Las Cuatro Monedas y Los Clippers, que ganan espacio en los medios y logran que la televisión local multiplique la presencia juvenil en su programación, iniciando a su vez la búsqueda de un estilo propio. Se llevan a cabo numerosas iniciativas para darle un impulso a la producción nacional, en su mayoría conciertos que buscaban imitar los grandes eventos musicales que se producían en Estados Unidos y otros países.

Así los venezolanos pudieron disfrutar de los Festucab, de las presentaciones en Macuto, el Festival del antiguo aeropuerto Grano de Oro en Maracaibo y del Festival del Parque del Este, cuyo único requisito para entrar era llevar consigo una flor. En su carrera por consolidarse, el Rock criollo cuenta con aliados como la revista "Gente Joven".

En los 70s Venezuela lucha por no perder protagonismo en el desarrollo del rock en español, salen a la palestra Una Luz, Pastel de Gente, El Zigui y La Cuarta Calle, entre otros proyectos, sin embargo, no logran darle continuidad al éxito alcanzado por el género pocos años atrás. Sólo logran mantenerse en escena músicos como Vitas Brener, con sofisticadas propuestas en las que fusionan conceptos rockeros con ritmos venezolanos y recursos del jazz.
Del Underground a las disqueras
Ya en la década de los 80s, el inventario de las bandas criollas se amplía, tanto como los géneros dentro del rock. Venezuela vive una época de cambio y la música no escapa de ello. Todas aquellas agrupaciones que se inclinan por el Rock y sus distintas variantes concretan una especie de tratado urbano que tomó popularidad como el "movimiento de nuevas bandas". El primer lustro de la década registra un alentador movimiento de HEAVY ROCK, encabezado por músicos como Paul Gillman, líder de Arcángel; y bandas como Resistencia, Alta Frecuencia, Fahrenheit, Témpano, La Misma Gente, Haz, Fuga, Grand Bite y Aditus. Intentando equilibrar la balanza de los géneros, Seguridad Nacional nos presenta un trabajo influenciado por la cultura punk. El New Wave hace acto de presencia con PP’s.
Los 80s continúan su evolución y el purismo de las bandas de rock pesado no es suficiente para alimentar a una audiencia que constantemente es bombardeada por nuevas culturas y contraculturas. Los representantes del Heavy se hunden en su antipatía ante las fusiones y los cambios y es así como toman protagonismo en la escena nacional grupos que presentan novedosas propuestas, influenciadas por géneros como el dark, el punk y el ska, además del repunte del pop, ahora más sofisticado e incisivo. En medio de este proceso se consolida una de las bandas más emblemáticas en la historia del rock nacional: Sentimiento Muerto.
Un país que despertaba ante las exigencias de una economía mundial, un control de cambio, una celebrada democracia que igual no bastaba para mantener complacidos a toda la población e intelectuales discutiendo sobre la necesidad de "sembrar el petróleo": un escenario donde bien cabían las consignas de los jóvenes que se sentían desilusionados por el panorama nacional. En medio de esta atmósfera comienza a escucharse en la escena underground "Dead Feeling", una formación que se propone manifestar el descontento de los jóvenes a través de sus temas, con una actitud anárquica y de rechazo al sistema planteado. "Dead Feeling" traduce su nombre al español, y es así como se empieza a popularizar "Sentimiento Muerto", cuya premisa "acaso ser joven es ser delincuente", comienza a ganar adeptos.

A la par, entre las demás bandas que componen la cultura underground dos formaciones toman fuerza inspirándose en otros estilos, Desorden Público difunde sus temas de protesta a ritmo de ska y reggae y Zapato 3 se sumerge en el dark. Tras numerosas actuaciones Sentimiento Muerto llama la atención de una de las disqueras más grandes del país, firma un contrato, y brinda a las bandas nacionales la idea de un renacer del rock en la industria musical del país. Durante poco más de 10 años de historia Sentimiento Muerto grabó tres discos, "El amor no existe, hay que hacerlo" (1987), "Sin sombra no hay luz" (1989) e "Infecto de afecto" (1991), además de la recopilación "Aunque usted no lo quiera" (1997). La agrupación brindó conciertos en distintos países de Latinoamérica y en España y grabó el videoclip de su tema "Payaso" en el legendario CBGB de Nueva York.
Por su parte, Desorden Público y Zapato 3 hacían lo suyo, consolidándose una trilogía que abría nuevos horizontes al rock nacional. Este nuevo auge despierta una vez más a los medios de comunicación, que notan como una amplia audiencia se interesa por ese rock hecho en casa que relata sus problemas, sus pesares, su realidad.
Nuevas Bandas: un nuevo aliado
Evidente es la solidez de Sentimiento Muerto, Desorden Público y Zapato 3 como las bandas más importantes del país para entonces y son éstas las encargadas de representar la movida nacional en el Festival Iberoamericano de Rock, celebrado en Caracas a finales de 1991, en el que participan agrupaciones y figuras de amplia trayectoria, como Os Paralamas do Sucesso, Los Rodríguez, La Unión, el argentino Fito Páez y el español Miguel Ríos. Este mismo año se celebra por primera vez el Festival de Nuevas Bandas, una iniciativa que pretende desde entonces apoyar y dar a conocer las nuevas propuestas que surgen de la escena nacional y que se ha convertido en el mejor inventario anual del rock venezolano.

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